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Nissan Bluebird: historia, modelos y prueba

Nissan Bluebird

El Nissan Bluebird es un coche que casi podríamos tildar de feo, pero que esconde sorpresas muy interesantes.

Un día Manuel me comentó que su Nissan Bluebird tenía 590.000 kilómetros, yo no hacía más que mirar para él de forma incrédula ya que el coche de Nissan lo conocía y me llamaba poderosamente la atención su buen estado. Después, no me pude negar a su invitación de dar un paseo en ese coche cuadrado, anodino, ‘feo’ y que me imagino que, como a muchos de vosotros, nunca me había fijado demasiado en él

Cuál no fue mi sorpresa cuando, a medida que oía a Manuel contarme historias de su Nissan, fue llamándome más la atención y conforme lo miraba, más me sorprendía. No esperaba encontrarme tantas cosas agradables en este automóvil y, a decir verdad, aún me sorprendió más su aguante al paso de los años y kilómetros que su interminable lista de accesorios. Así que al final decidí hacer unas pocas fotos más y traerlo a esta web para compartir con vosotros y mostraros un coche que sorprende a primera vista, un Nissan Bluebird Turbo SGX del 86.

Nissan Bluebird: un poco de historia

Nissan Bluebird Turbo SGX barrido hacia la izquierdaCorría el año 1986 cuando las marcas del imperio del sol naciente empezaron a importar vehículos a España de forma regular, ya que hasta ahora las importaciones a Península eran poco más que testimoniales y las unidades que llegaban eran principalmente vía Canarias.

Nissan no podía quedarse atrás, pues con el todoterreno Nissan Patrol (fabricado en España) desde el 83 estaban obteniendo muy buenos resultados, y en el 84 se decidieron a importar un turismo, el Cherry Europe GTI, fruto de la alianza entre Alfa Romeo y Nissan; cuerpo japonés y mecánica italiana, no tuvo el éxito esperado y las unidades que importaron fueron difíciles de vender. Ya en el 86 Nissan apuesta por un automóvil totalmente japonés, de su gama se decidieron por el Nissan Bluebird, que ese mismo año había sufrido un cambio total respecto a la anterior versión.

Es un modelo que tiene historia dentro de la marca, ya que se empezó a fabricar en los años 50, pero la unidad que nos acompaña ya era la séptima generación que se fabricaba, denominado t12. Por el problema de los cupos de arancelarios, Nissan escoge dos motorizaciones del t12 con dos únicas versiones para importar: el 2.0 SLX (2 litros 105 CV con carburación) y el Turbo SGX (1.8 litros, 135 CV turbo inyección). Ya que el precio iba a ser más caro, Nissan decide comercializarlos cargados de extras, para así poder hacer competencia al resto de berlinas medio/altas que se ofrecían en España, ya que por precio y equipamiento, competirían con marcas como Audi, BMW, Saab…

Nissan Bluebird Turbo SGX: motor

Nissan Bluebird Turbo SGX traseraCentrándonos ya en nuestro protagonista, con este modelo Nissan apostó fuerte en el segmento de berlinas medio altas, con una silueta atrevida y moderna en la época, delataba su origen japonés pero con suficiente personalidad, como para no pasar desapercibido. Mecánicamente, partimos de un bloque tetracilíndrico de fundición colocado delante trasversalmente con 1.809 cm3, culata de aluminio y 8 válvulas e inyección L-jetronic con turbo que rinde 135 CV. El turbo, un Garrett T2, empieza a soplar a partir de 1.600 vueltas y suministra toda su potencia a partir de las 2.000 rpm, lanzando a éste nipón hasta una velocidad punta de 200km/h.

El turbo es bastante progresivo, y donde se le nota el tirón típico de los turbo de esta época es a partir de las 3.000 rpm, es cuando de verdad muestra su tirón. El par máximo lo encontramos en la barrera de las 4.000 vueltas, con 19,8 mkg, aunque sigue empujando con fuerza hasta llegar a 6.000. El 0 a 100 km/h lo hace en 8,6 segundos, ya que al no tener intercooler, la respuesta del turbo es casi inmediata, aparte del contenido peso, únicamente 1.200 kg para una berlina de este tamaño. La caja de cambio es de 5 velocidades, con muy buen tacto y muy preciso, lo único criticable es que las relaciones resultan demasiado largas, pues está más pensado para viajes por nacionales o autopistas que para hacer tramos de ruta de montaña como nos esperaríamos del comportamiento de un turbo.

A cambio, podemos disfrutar de viajes a velocidades de crucero elevadas, pero con un consumo moderado… aunque precisamente su consumo fue criticado como alto en las revistas de la época. Un ejemplo, en carretera nacional, a 100 km/h en quinta velocidad a 2.500 rpm, consigue un consumo de 6,8 litros a los 100 km de media. En autopista, en quinta a 120 km/h vamos a 3.000 rpm y su consumo es 7,5 litros a los 100. Otro tema es buscarle las cosquillas al turbo y exigirle hacer algún tramo deprisa exprimiendo las velocidades, es ahí donde se vuelve tragón, al tener el cambio largo nos metemos con una segunda que llega a morir en 110 km/h y una tercera casi interminable que nos lanza hasta 160 km/h. Cuando llevamos el coche a estos extremos en conducción deportiva, el consumo se eleva ya y llega a sobrepasar los 14-15 litros a los 100 km. Nissan Bluebird Turbo SGX salpicaderoTratándose de un coche japonés, no podía faltar la tecnología. Este propulsor, denominado ca18et, lleva el sistema ECCS, Sistema de Control Centralizado del Motor; este dispositivo registra continuamente medidas de siete parámetros de funcionamiento mecánico, en función de sus valores, se puede modificar el flujo de gases, se varia la duración de la chispa, o la proporción combustible-aire de la mezcla entre otras funciones. Gracias al ECCS, el rendimiento del motor es óptimo en todo momento y se reducen los gases contaminantes.

Nissan Bluebird Turbo SGX: comportamiento

El Nissan Bluebird tiene un comportamiento rutero extraño, ya que a pesar de ser un tracción delantera, tiende al sobreviraje, pero lo hace de una manera progresiva y fácilmente corregible, eso sí, cuando nos metemos en carreteras viradas, si le llevamos a situaciones comprometidas, vuelve la tendencia al subviraje natural de un tracción delantera. El apartado de suspensión es uno de sus puntos fuertes, delante tenemos un sistema McPherson con un triángulo oblicuo, orientado hacia atrás y barra estabilizadora. La parte trasera consta de dos brazos paralelos independientes anclados a un subchasis, barra estabilizadora y muelles axiales. Los amortiguadores son marca Nissan con tres micromotores incorporados que accionados eléctricamente por una centralita específica se pueden regular en dureza desde el interior del habitáculo, donde tenemos el mando de la suspensión, que es regulable en tres posiciones, S (suave), N (normal) y F (fuerte). Nissan Bluebird Turbo SGX barrido derechaEn la posición más blanda, se muestra muy subvirador y con una tendencia acusada a la inclinación de la carrocería, en la N ya no notamos tanto el balanceo de la carrocería y no acusa tanto el subviraje, pero donde si notamos el buen funcionamiento del sistema de suspensión eléctrica es en la posición más dura, la F; aquí el comportamiento del Bluebird cambia radicalmente, sobre todo en giros de mucho apoyo y largos, que suelen ser los más comprometidos, donde consigue unos apoyos limpios y elimina los balanceos de la carrocería sin sacrificar en exceso el confort. Ayuda el generoso calzado del coche, con una medida de 195/60-15 montados sobre unas llantas de aluminio muy curiosas, pues a primera vista parecen normales con tapacubos y cuando te acercas resulta que son de aluminio. La dirección asistida también es muy buena, es de asistencia variable en tres niveles según la velocidad del vehículo, es muy suave de manejo, pero al mismo tiempo es sensible, rápida y precisa con la que se pueden hacer km por carreteras viradas sin que al conductor note fatiga. Resulta, muy adecuada también para callejear y maniobrar.

En el apartado de frenos también está perfectamente resuelto, pero sin ayudas, lo que no quita para que tenga una frenada precisa y firme capaz de detener sobradamente el coche. Delante lleva discos de freno ventilados y en el tren trasero discos macizos con doble circuito en x asistido por servofreno de vacío. Curiosamente, con la carga de accesorios de los que disponemos, no monta ABS. Nissan Bluebird Turbo SGX: interior Exteriormente, con unas medidas de 4,53 m de largo y 1,69 de ancho ofrecía uno de los habitáculos más amplios de los vehículos de su categoría. En la parte delantera contamos con dos asientos muy cómodos, casi son unos semibaquets. El tacto es suave, el tamaño generoso y envuelven muy bien; el asiento del conductor cuenta con regulación electroneumática de zona dorsal y lumbar, altura de la banqueta y una buena calidad de materiales. Nissan Bluebird Turbo SGX relojesLa parte trasera parece un sofá amplio y cómodo con su correspondiente apoyabrazos central. Y algo no muy normal, el respaldo es abatible de forma 60-40%. Todo el interior tiene una calidad de acabados tan buenos o más que vehículos premium de la época en su categoría. Antes de abrir la puerta nos encontramos con un detalle en la cerradura, tiene luz con temporizador.

Abrimos la puerta y observamos el mando de accionamiento eléctrico de las ventanillas de todo el coche con bloqueo centralizado y una posición de movimiento automático en la ventanilla del conductor, también la apertura del maletero y la tapa de gasolina desde el puesto de conducción, retrovisores eléctricos, reostato del cuadro, regulación de altura del volante, limpia parabrisas escamoteable con seis velocidades, cuatro luces de cortesía, dos de mapa, cenicero y guantera con luz, aire acondicionado, regulación de altura de faros eléctrica, llave de arranque con luz…

Metiéndonos en el completo cuadro: marcador de presión de turbo, temperatura, presión de aceite, chivatos por ejemplo si tenemos alguna luz fundida o incluso una puerta mal cerrada y un detalle curioso, viene con dos cuentakilómetros parciales, un sinfín de extras que dejaba a sus rivales las cosas difíciles. Lo que se echa en falta, y más viniendo de Japón, hubiera sido un ordenador de a bordo, pero bueno, no faltan extras y testigos en el cuadro y el conductor recibe la suficiente información de lo que está sucediendo en el auto. Siguiendo con el interior, muy cuidado, aparte de tapicería es exclusiva del modelo en bicolor, azul marino y rayas blancas y azules. Los plásticos también en azul y de una gran calidad, recordemos que esta unidad cuenta ya con 590.000 km, por lo que vemos que aguantan bien el paso de los años, a excepción del volante, que se va decolorando con el uso. Llama la atención que en el salpicadero y en las puerta lleva un detalle curioso, unas costuras en los plásticos para imitar como si fueran forrados en piel, lo en su época fue criticado como ostentoso.

Nissan Bluebird Turbo SGX: exterior

Nissan Bluebird Turbo SGX detalle farosExteriormente la carrocería cuenta con unas defensas de gran tamaño, exclusivas de este modelo, también un silencioso trasero con dos salidas de escape que deja intuir el potencial que tenemos bajo el capo. En los laterales de la parte trasera observamos las branquias típicas de los Nissan Bluebird, que aparte de adornar y dar carácter propio, tienen su función, que es la de evacuar el aire caliente del habitáculo cuando ponemos el aire acondicionado o al revés, cuando ponemos la calefacción expulsará el aire frío del interior.

Una curiosidad más, lleva dos antenas: la normal de varilla telescópica sobre la aleta trasera y otra ‘camuflada’ con las líneas de la luneta térmica, pues la parte superior es una segunda antena, que así proporcionara señal la que mejor la reciba. La línea del coche, ochentera como no, es angulosa por todas partes y mirando lateralmente se le aprecia su forma en cuña de moda en aquellos años.

Nissan Bluebird Turbo SGX: conclusión

Una vez probado (y disfrutado) el coche, me llevo una sensación totalmente opuesta a la que traía: me ha parecido un coche muy interesante. Es una verdadera lástima que sea un vehículo tan poco conocido como la mayoría de los coches venidos de oriente en general y que guarde tantos secretos. La opción de la suspensión electrónica me ha sorprendido mucho y para bien, es una delicia su utilización. El verte rodeado de tantas ‘pijaditas’, a la vez muy útiles, es una sensación agradable.

Asustan la calidad de sus acabados y materiales empleados, ojalá nuestros coches modernos aguanten así el tiempo y kilómetros, y sobre todo la comodidad, está bien que es un coche relativamente moderno, pero aun así sorprende en este apartado, lo que despejará cualquier duda o temor a la hora de emprender un viaje largo. Lástima de ser una carrocería tan cuadrada y tan anodina (esto me lo sigo llevando), ya que con unas formas más atractivas nos haría replantear muy seriamente nuestra ‘pasión oculta’ sobre coche orientales.

Nissan Bluebird Turbo SGX: ficha técnica

ModeloNissan Bluebird Turbo SGX
DisposiciónDelantero longitudinal
Cilindrada1.809 cm3
Diámetro por carrera83 x 83,6 mm
Potencia/régimen135 CV-99,6 KW/ 6.000 rpm
Par/régimen198 Nm/4.000 rpm
AlimentaciónInyección electrónica L-jetronic, turbocompresor Garret T2
Compresión8,5:1
DistribuciónÁrbol de levas en culata, accionado por correa
CombustibleGasolina
TracciónDelantera
Caja de cambiosManual 5 velocidades
TipoMonocasco autoportante
CarroceríaBerlina 3 volúmenes (5 plazas)
Suspensión delanteraIndependiente tipo McPherson, estabilizadora
Suspensión traseraIndependiente, brazos longitudinales, muelles progresivos, amortiguadores hidráulicos telescópicos con motores internos para adecuarlos a la dureza controlada electrónicamente
DirecciónCremallera asistida
FrenosDiscos ventilados de 250 mm (del.) y discos de 258 mm (det.)
Consumo90 km/h: 6,7 l/100 km 120 km/h: 9,0 l/100 km Ciudad: 10,3 l/100 km
Longitud/anchura/altura4.530/1.690/1.390 mm
Vías/Dist. entre ejes1.460-1.460/2.550 mm
Peso en vacío1.251 kg
Medida llanta6,5 x 15”
Medida neumáticos195/60 R 15
Capacidad del depósito60 litros
0 a 100 km/h8,6 s
Velocidad máxima200 km/h
Relación peso/potencia8,4 kg/CV

 

Texto y fotos: Isidro Iglesias.

Redacción

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